La Iglesia Menonita Hispana llevará a cabo una Asamblea Bienal Menonita 2025 virtual, el 30 de agosto, de 10:00 a.m. a 3:00 p.m.
por Adriana Celis

Foto cortesía Iglesia Menonita Hispana
En este 2025, las comunidades hispanas que conforman la Iglesia Menonita en los Estados Unidos atraviesan una realidad profundamente desafiante por el endurecimiento de las políticas migratorias bajo la actual administración, las cuales han creado un ambiente de temor y vulnerabilidad que afecta directamente las congregaciones. Este clima tenso no solo ha provocado una disminución en la asistencia a los servicios, sino que ha generado un impacto emocional, espiritual y económico devastador, especialmente en familias con niños.
Las iglesias enfrentan un dilema ético y pastoral: ¿cómo continuar siendo espacios de acogida y refugio sin exponer a su gente? Algunas congregaciones han migrado sus servicios al formato virtual, sacrificando el calor humano que tanto aprecian, con el fin de proteger a sus miembros. Sin embargo, han aprendido que la necesidad estimula la creatividad: nuevas formas de cuidado, solidaridad y acompañamiento están surgiendo. La crisis ha despertado en ellos un espíritu colaborativo más fuerte, cruzando fronteras denominacionales y culturales, y reforzando su convicción de que el cuidado del inmigrante es un llamado central del Evangelio. MenoTicias tuvo la oportunidad de hablar con el pastor Sergio Nava que hace parte del equipo pastoral de la iglesia Resplandece en Florida y que a continuación nos comenta alguna de los desafíos que enfrentan en estos momentos.
La Bienal 2025: discernir con sabiduría y actuar con amor
Precisamente por este contexto, la Asamblea Bienal Menonita 2025 adquiere un significado especial. Este evento, que cada dos años reúne a las familias de fe, es una oportunidad para compartir, aprender, tomar decisiones claves y renovar su compromiso con la misión de Dios.
Hoy más que nunca las comunidades de fe necesitan un espacio. Sin embargo, tras un discernimiento pastoral profundo, y en vista de los riesgos actuales —redadas, disturbios, vigilancia—, la Junta Ejecutiva decidió posponer el encuentro presencial que se realizaría en Dallas, TX. En su lugar, celebrara una Bienal virtual el 30 de agosto, de 10:00 a.m. a 3:00 p.m. (hora del Este), con un receso de una hora.
Lejos de desanimarse, se entiende que la virtualidad no limita la acción del Espíritu. Se proponen que esta Asamblea sea un espacio profundo de oración, formación y renovación del liderazgo hispano. No son víctimas del sistema; son hijas e hijos del Rey, llamados a sembrar el Reino de Dios con creatividad, valentía y fe, sin importar el formato.
¿Qué quieren aprender… y qué necesitan desaprender?
Nos comenta Sergio, este tiempo también es una oportunidad para cuestionar nuestras dependencias, repensar estrategias y confiar más radicalmente en el Dios que nos sostiene. Necesitan desaprender la idea de que su éxito depende exclusivamente de otros. Es tiempo de cultivar una espiritualidad que renueve su esperanza y los impulse a llevar las cargas de los demás, como enseña Gálatas 6:2.
También deben desaprender el desánimo. Aunque están enfrentando retos teológicos y sociales complejos, no pueden caer en la resignación. Es necesario volver a la Palabra, a la voz de Dios que sigue siendo guía segura en tiempos inciertos.
¿Por qué participar? Porque es nuestra casa, nuestra voz, nuestra misión
Dice Sergio, la invitación a cada persona, congregación y liderazgo de la Iglesia Menonita Hispana a inscribirse (estar atentos a nueva información y link de ingreso) y ser parte activa de la Bienal 2025, no solo es para dar información, sino para influir, fortalecer redes, orar juntos y discernir los próximos pasos con claridad.
A nivel personal, dice el pastor Sergio, la Asamblea renueva el ánimo espiritual. A nivel congregacional, fortalece nuestros vínculos y misión. A nivel denominacional, asegura que se escuche la voz profética de nuestras comunidades latinas y se construya una Iglesia más diversa, compasiva y fiel al mensaje de Jesús.
Este es un momento para hacer memoria, levantar la mirada y seguir adelante. Confiando en que el Dios de justicia y misericordia siga caminando con nosotros.