por Adriana Celis

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David Bonilla es un pastor menonita con más de veintidós años de servicio ministerial. A lo largo de este tiempo, ha servido en diversas áreas de la vida congregacional, aportando valor, compromiso y fe a su comunidad. Actualmente forma parte de la iglesia Shalom Mennonite Fellowship, ubicada en Tucson, Arizona, que pertenece a la Conferencia Menonita del Pacífico Suroeste. En su congregación colabora activamente en la enseñanza bíblica dominical, en el ministerio de jóvenes y en el equipo de finanzas.
Una vida congregacional trilingüe y multicultural
En Shalom Mennonite Fellowship se vive hoy una experiencia única de unidad y diversidad cultural. Cada domingo, la congregación se reúne en un culto trilingüe, en el que se celebran simultáneamente los idiomas inglés, español y suajili.
Este espacio de adoración compartida se ha convertido en un lugar de encuentro y enriquecimiento mutuo. «Cada día se integran más personas de la comunidad suajili, lo cual nos llena de gozo y gratitud, al ver cómo Dios continúa ampliando y bendiciendo nuestra comunidad de fe», comparte David Bonilla. Esta práctica ha fortalecido los lazos comunitarios y ha hecho tangible la riqueza del cuerpo de Cristo.
El pastor Bonilla descubrió su llamado al servicio desde temprana edad, convencido de que fue Dios mismo quien lo invitó a seguir este camino. Aunque al inicio no comprendía plenamente el propósito, con el paso de los años ha aprendido a reconocer la voz y dirección del Señor.
«Lo que me motiva a continuar en este camino es el deseo de imitar a Jesucristo, quien es el ejemplo perfecto de amor, entrega y servicio», afirma. Para él, cada día su llamado se renueva y se fortalece, con la oración constante de reflejar un poco de la gracia y compasión de Cristo.
Desafíos y respuestas de fe
Uno de los mayores retos de su iglesia es aprender a vivir y servir como una verdadera comunidad multicultural. Las diferencias entre idiomas y culturas plantean desafíos, pero al mismo tiempo son una bendición que manifiesta la riqueza del amor de Dios.
Otro desafío importante está relacionado con las situaciones migratorias que afectan a muchas familias y hermanos de la congregación. Ante esto, la iglesia busca responder con solidaridad y esperanza, ofreciendo apoyo, oración y acompañamiento. «Creemos que al hacerlo, damos testimonio vivo del evangelio y de lo que significa vivir la Palabra de Dios en comunidad», afirma Bonilla.
Sueños para el futuro
El anhelo de Shalom Mennonite Fellowship es seguir construyendo una comunidad donde todas las personas sean bienvenidas y amadas tal como son. El pastor sueña con una iglesia que refleje cada vez más la mesa inclusiva de Cristo, donde se valore y acoja a toda persona, sin importar la edad, la raza, las habilidades, el género o el estatus migratorio.
«Queremos que cada persona sepa que pertenece, que es valorada y que puede participar plenamente, ya sea como miembro, adorador, observador o líder», expresa con convicción.
Mensaje a la familia menonita
Finalmente, David Bonilla comparte un mensaje a la familia menonita, tanto a nivel nacional como internacional:
«Caminemos juntos en la fe, la esperanza y el amor de Cristo. En un mundo lleno de divisiones, recordemos que somos un solo cuerpo y un solo espíritu, llamados a reflejar la paz y la compasión de Dios. Que nuestras iglesias sigan siendo espacios de bienvenida y propósito, y que el Espíritu Santo nos guíe a vivir el evangelio con alegría, humildad y servicio, mostrando que el amor de Cristo no tiene fronteras».


